Esta mañana escuchando radio 3 el locutor comenta que Riccardo Muti, llega hoy 18 de octubre a España, le entregaran el premio Príncipe de Asturias de la Bellas Artes. Empiezo a preguntarme: ¿quién será este pajarraco? y de quién será amigo... sus artes serán muy bellas, pero ni yo ni mi gata le conocemos; entonces el locutor explicó esto:
Los mudos hablaron a los sordos
Ocurrió el pasado 12 de marzo pero sigue siendo actual hoy y lo será mañana y me temo que también pasado mañana porque lo que pasó entonces sigue pasando ahora. Ocurrió en Roma. Se celebraba el 150 aniversario de la creación de Italia, la fiesta nacional. Para festejarlo tuvo lugar un concierto al que asistía el presidente Silvio Berlusconi y otros miembros del gobierno italiano. Dirigía la orquesta y coro, el temperamental Riccardo Muti que precisamente hoy llega a España para recibir el Premio Príncipe de Asturias, con Leonard Cohen entre otros.
Se representaba el Nabucco, la ópera de Verdi que evoca la esclavitud de los judíos en Babilonia y que alcanza su momento álgido en el famoso “Va pensiero”, entonado por un coro de esclavos que cantan a su tierra perdida y a la libertad del pensamiento ya que sus cuerpos están presos. En Italia, este canto es un himno a la libertad desde que se estrenó en 1842, cuando los italianos aún estaban bajo el dominio de los Habsburgo. Y el pasado 12 de marzo, al llegar a ese momento, una ola de emoción insólita recorrió el teatro de Roma: “El silencio se llenó de verdadero fervor cuando el coro entonaba el lamento de los esclavos "Oh patria mía, tan bella y tan perdida”, explicaba Riccardo Muti después. Puede verse en las imágenes. Termina el coro y el público prorrumpe en un aplauso furioso tan largo que la ópera no puede seguir adelante. Los cantantes permanecen en el escenario, sus caras rotas, al borde de las lágrimas, por la intensidad del momento. Se oyen voces que piden un bis de este coro y entre ellas una voz que grita: “¡Larga vida a Italia!”
Y entonces, Muti, el mudo, como dice su apellido, rompió su silencio. Se dio la vuelta hacia el público y mirando también al presidente del gobierno, empezó a hablar en clara referencia a los recortes en su país y en especial a los recortes del gobierno en el campo de la cultura: "Sí, estoy de acuerdo: "Larga vida a Italia", pero yo ya no tengo 30 años, he vivido ya mi vida como italiano y he recorrido mucho mundo. Y hoy siento vergüenza de lo que sucede en mi país. Accedo, pues, a vuestra petición de un bis del "Va Pensiero" pero no lo hago tanto por patriotismo sino porque esta noche, cuando dirigía al coro que cantaba "Ay mi país, bello y perdido", pensé que si seguimos así vamos a matar la cultura sobre la cual se construyó la historia de Italia y entonces nuestra patria sí que estará verdaderamente "bella y perdida".
No sólo el público, también el coro que permanece sentado en su mayoría durante ese canto, se levantó para aplaudir a Muti que se permitió un juego de palabras con su apellido dirigido a los políticos: “Los mudos (muti) le hablan a los sordos (sordi)”. Y por segunda vez en su vida, el director de orquesta accedió a interrumpir el curso de la ópera y a hacer un bis del “Va pensiero” pero con una condición: "Hagamos una cosa. Como el coro lo ha cantado magníficamente y la orquesta le ha acompañado estupendamente, les propongo ahora que se unan al coro y que cantemos todos el "Vapensiero… Pero ojo, a tempo".
Entonces, mirando al público, no a la orquesta ni al coro, Muti dirigió el “Va Pensiero” mientras cientos de papeles, el programa de la noche, volaban desde los palcos superiores como si la gente tirase sobre la cabeza de los políticos sus programas inservibles, mientras cantaba:
¡Vuela, pensamiento, con alas doradas, pósate en las praderas y en las cimas donde exhala su suave fragancia el dulce aire de la tierra natal! ¡Oh, mi patria, tan bella y perdida! ¡Oh recuerdo tan caro y fatal! Arpa de oro de fatídicos vates, ¿por qué cuelgas muda del sauce? Revive en nuestros pechos el recuerdo, canta un aire de crudo lamento, que te inspire el Señor un aliento, que al padecer infunda virtud! ¡Que hable del tiempo que fue!
Al terminar, el teatro entero se puso en pie en un nuevo aplauso. Los cantantes también. Muchos de ellos y ellas lloraban ya sin poder contener la emoción, dándose consuelo en un abrazo o un beso. Hay momentos que te reconcilian con el mundo y con la vida y coros que son capaces de acallar bocazas. Es hermoso cuando los mudos hablan y cantan aunque sea para los sordos…
No sé si Riccardo Muti merece el Príncipe de Asturias, tampoco me interesa, lo que sí les digo es que a mí me alegró la mañana.También me recordó aquellos premios Goya con el no la guerra.